Como un enorme fantasma solitario, un lugar donde se escuchaban risas y gritos de emoción de cientos de niños, con sus vistosos colores ajados por el tiempo y el abandono, los hierros inservibles repletos de óxido. Al ver estas imágenes he recordado cuando era niño y todo era de mil colores, el olor a azucar y la ausencia de problemas.
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